Dios estableció que se reunieran los varones, mujeres, niños y extranjeros para que oyeran, aprendieran, temieran a Dios y se preocuparan por poner por obra la palabra de Dios Deuteronomio 31:12-13: Esto nos da a entender la importancia que Dios le da a la enseñanza de su Santa palabra, y que esta palabra debe ser escuchada por toda la familia, y aún por aquellos que no conocen el evangelio restaurado

RELACIONES MATRIMONIALES


MANTENER LA ESPERANZA
"Al mantener su relación a alto nivel, Se tienen muchas más probabilidades de lograr el tipo de matrimonio que desea. En vez de mirar para otro lado y dejar pasar las cosas." John Gottman. (sociólogo)

PREMISAS BASICAS EN LAS RELACIONES INTIMAS
A partir de premisas básicas consideradas como comunes que ocurren en las relaciones matrimoniales. Investigaciones sociales en el campo de las relaciones familiares según diversos estudios realizados a un universo de familias nucleares consideradas tradicionales se ha podido establecer las siguientes
Conclusiones:

1.- Las grandes pasiones de los primeros años no constituyen garantía de una unión durable
2.- Casi todas las parejas suelen tener los mismos conflictos
3.- Casi el 70% de los problemas de pareja  tienen solución
4.- Los problemas no disminuyen con el tiempo, sino que se agravan a menos que se desee mediarlos 
5.- Las parejas discuten por los mismos temas a través de los años
6.- Las parejas que se divorcian tienen la misma cantidad de dificultades que las que permanecen juntas
7.- La similitud de caracteres o de opiniones no son garantía para una relación estable
8.- No existen parejas que sean incompatibles

Estos son algunos de los hallazgos de investigaciones realizadas en países tan disímiles como Australia, Alemania, Países Bajos y Nueva Zelanda llevadas a cabo, entre otros, por John Gottman y Clifford Notarius.
Por su parte, Ted Huston, en sus estudios de seguimiento a parejas recién casadas, encuentra que aquellas que se divorcian no se diferencian en casi ninguna categoría de las que permanecen casadas. La probabilidad de separación no se relaciona ni con la cantidad de desacuerdos ni con los tópicos conflictivos. Lo que distingue a las relaciones sólidas de las frágiles es la forma cómo se manejan los conflictos y la capacidad de aceptación de aquello que no se puede cambiar ni modificar.

Según Gottman, el problema no radica en las diferencias o conflictos mismos, pues son comunes e inevitables en la inmensa mayoría de las relaciones; sino que aquellas parejas que acaban separándose suelen quedar entrampadas dentro de intensas emociones negativas y caen en una espiral autodestructiva consistente en emplear sistemáticamente cuatro mecanismos comunicacionales que son altamente dañinas dado que dificultan solucionar lo enmendable o bien aceptar lo incambiable. Estando presentes en las interacciones de una pareja, se puede predecir el divorcio con un 85% o más de seguridad, especialmente si ellos no efectúan acciones preparatorias. Estos 4 factores mencionados Debido a su gravedad los denominó como:

Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis (Se constituyen en los principales predictores del divorcio, a saber:
1.- Defensividad, 2.-Indiferencia  3.- Crítica y  4.- Desprecio.

Defensividad: rígida actitud de defensa automática ante lo que es percibido como ataque, eludiendo nuestra cuota de responsabilidad en la construcción del conflicto y desconfirmando las percepciones del otro. Se recurre a las tácticas de negación, no admitir estar equivocado, buscar excusas, inventar explicaciones, responder con otra queja y/o contraatacar. Con todo lo anterior se está implícitamente culpando en forma indirecta a nuestra pareja e invalidando su queja. El mensaje que emitimos es: “El problema no soy yo”. Al tratar de anticipar ataques potenciales, podemos caer en un estado hipersensible y de moderada paranoia, sintiendo que el responsable del
malestar es el otro.

Indiferencia: en vez de emitir señales de estar atentos a la conversación, asumimos una postura evasiva de distanciamiento y superioridad consistente en desconectarse y replegarse en uno mismo, ignorando al otro como si no nos importara. Se recurre a las maniobras de poner cara inexpresiva, apartar la mirada, responder lacónicamente o mantenerse en total silencio. Con ello estamos implicando que hemos efectuado una condena previa en contra de nuestra pareja, desvirtuando su queja. Si sentimos que una situación es insoluble, probablemente creamos que la insensibilidad es la única salida o la menos destructiva. Usada de vez en cuando, esta táctica puede constituir una última defensa para no atacar. No obstante, empleada como norma, está reflejando un deseo de escapar más que un intento de aplacar los ánimos.

Critisismo: a diferencia de una queja, la crítica consiste en descalificaciones o ataques personales implacables y/o excesivos. Implica mucho más que una simple protesta por una conducta específica. Se trata de un atentado en contra de la otra persona, puesto que en el fondo es un juicio dirigido a su carácter y no a sus actos. Generalmente incluye las acciones de culpar y difamar, así como el uso del nunca y del siempre. Las críticas tienen un impacto emocional muy corrosivo, dejando al receptor avergonzado, disgustado, ultrajado y humillado.

Desprecio: implica una ostensible falta de respeto, de mirar en menos al otro y/o de sentir aversión. Incluye el uso del sarcasmo y del humor hostil, poner cara de desprecio o los ojos en blanco en un gesto de resignación o bien fruncir el labio, señal universal de disgusto. La forma más evidente consiste en la ridiculización mediante la burla remedando y en el insulto directo («idiota»), aunque el lenguaje corporal puede reflejar grados a un peores de menosprecio. Similar al odio, el desprecio puede relacionarse con la indignación y la amargura, creciendo a medida que vamos almacenando y alimentando durante largo tiempo pensamientos negativos acerca de nuestra pareja. Fuera del rencor, también refleja un sentimiento de superioridad, donde se mira al otro con condescendencia, devaluándolo y considerándolo indigno.

Cada jinete llega a su tiempo
Estos cuatro mecanismos se van gestando desde los inicios de la relación, agudizándose en períodos más vulnerables (como la llegada del primer hijo) y cada una de ellas sienta las bases para la siguiente, siendo el desprecio el más destructivo de todos. Se trata de factores que actúan como causa-efecto y que, en el fondo, implican que se ha efectuado un mudo veredicto de culpabilidad en contra del otro y lo que se le transmite es una sensación de rechazo, lo cual atenta contra la necesidad básica de sentirnos aprobados, aceptados y valorados por nuestra pareja. Si bien en ciertos momentos casi todos podemos habernos sentido rechazados y podemos haber incurrido ocasionalmente en algunos de ellos, la forma como se maneje esta situación determinará el nivel de daño que puede ocasionar.

En otras palabras, las disputas no son negativas en sí mismas y dentro de una relación funcional nos deberíamos sentir lo suficientemente seguros como para discutir o protestar abiertamente. No obstante, si no nos sentimos escuchados ni considerados, algo que partió como una queja concreta puede transformarse en un ataque. Pero una pareja se tornará disfuncional y estará en riesgo de divorcio solamente cuando recurre sistemáticamente a dichas maniobras comunicacionales, si predominan las interacciones negativas al no ser capaces de salirse de la espiral de agresiones, si no logran manejar el enojo sin menos preciar al otro y cuando no se intentan acciones preparatorias.

Así cada jinete aparecerá en una sumatoria imposible de detener si no actuamos a tiempo reaccionando y recomponiendo la actitud que debemos tener ante cada dificultad como decíamos. El asunto no es tener problemas. Los necesitamos porque nos indica que hay que arreglar y afrontar juntos Por ello, la actitud ante los problemas hace toda la diferencia. La vitalidad de mi matrimonio es: como juntos arreglamos lo que nos debe pasar. Porque vivir es solucionar problemas.

Las personas felices no son las que tienen lo mejor de todo y todas las ventajas. Solo eligen y toman buenas decisiones de todo lo que les pasa y que encuentran en su camino. Visiones y Tipos de matrimonios o como arreglan el vivir sus diferencias
Los investigadores han identificado 5 tipos de matrimonios, cada uno con distintos riesgos de divorcio:
1.- Uno busca y el otro elude: es el tipo que tiene el riesgo más alto de fracaso. Generalmente es la mujer la que plantea los problemas y el hombre los desestima.
2.- Desprendidos (desapegados): riesgo alto. Se trata de personas emocionalmente distantes que parecen no necesitar intimidad; reflejan falta de interés mutuo.
3.- Inestables: riesgo alto. Se trata de personas volátiles y que se exaltan fácilmente. Su relación se caracteriza por ciclos de peleas y de acercamiento sexual.
4.- Unidos: riesgo bajo. Esta pareja comparte las responsabilidades y al mismo tiempo gozan de autonomía. El matrimonio es para ellos un refugio.
5.- Tradicionales: es el de menor riesgo. La pareja comparte una interpretación tradicional del papel preestablecido para cada género. Según pautas intergeneracionales.

Clasificación Gottman: Los que se mantienen juntos Según Gottman, las parejas que se mantienen juntas pueden ser clasificadas en tres grupos:

Inestables: algunas veces pelean y otras están apasionadamente involucradas
Sólidas: se aprecian y apoyan, son funcionales y satisfactorias
Evasivas: viven vidas paralelas pero continúan casados

Las parejas de los dos primeros grupos se declaran satisfechos con su vida matrimonial, mientras que los últimos estarían insatisfechos, pero por una serie de razones como el temor a estar solo, la dependencia mutua o sus ideales de familia, prefieren permanecer viviendo juntos.

En las parejas se pueden producir varias combinaciones. Por ejemplo, si uno de ellos es muy crítico y el otro muy sensible, probablemente se instaure la dinámica de crítica/defensividad, la cual es muy frecuente en los matrimonios. Suelen ser las mujeres las más propensas a criticar, y los hombres a defenderse, especialmente en el grupo etario entre los 30 y los 40 años. En tanto que la indiferencia la utilizan más los hombres, lo cual se relaciona con el bloqueo afectivo que sufren algunos debido a la educación recibida, en la que se fomenta suprimir las emociones para no mostrarse vulnerables ni débiles.
En la consulta podemos ser testigo de cómo se reflejan estos Cuatro Jinetes en las interacciones de pareja. Por ejemplo, se nota que no se está escuchando al otro, puesto que están ocupados elaborando una defensa en su mente. O bien, cuando uno de ellos está evidentemente muy conmovido, el otro permanece impasible. Las críticas cargadas emocionalmente son muy frecuentes y generalmente no sólo se transmiten mediante palabras sino que se expresan también en un lenguaje no verbal. Aunque de modo más disimulado, ocasionalmente también hay signos corporales de desprecio por el otro, a pesar de estar presente el terapeuta.

El papel del conocimiento
Saber porque nos pasan las cosas, entender como algo que se interpone en nuestra relación intima dejándolo que permanezca por mucho tiempo puede hacer que nuestra relación se enferme y aparezcan los primeros signos visibles de una ruptura y probable divorcio matrimonial.

Con la esperanza de ayudar a los que estén viviendo una crisis matrimonial y eventualmente pudieran reaccionar a tiempo interpretando los signos del deterioro y su final y tomando en consecuencia las acciones preparatorias que consiste de tan solo en cambiar la actitud. Esto es, elegir no estar enojado, no estar ofendido, no estar herido, ni rencoroso ni menos vengativo como en los tiempos de Moisés: Tan solo usando nuestro
capacidad de albedrio moral de escoger; dándonos en el amor, escapando de la fusión tormentosa o la complementariedad egoísta teniendo la actitud ganadora. Al impedir al opuesto que nos toque con su rabia. Que se supone deberíamos tener ante cada problema. Y que con el cambio de actitud dejamos de tener. Eso nos da una nueva dinámica para enfrentar, no rodeándolo, ni menos ignorar, creyendo que nuestra pareja es el responsable total y nos quedamos impasibles ante lo que sigue ocurriendo. Si ud sabe como escala este fenómeno y sabe que hacer : entonces Ud. puede arreglar lo que sea.
Artículo de John Gottman y Clifford Notarius. traducido y adaptado por Jaime Campos